19 Ago El uso de chatarra para reducir las emisiones contaminantes
¿Puede ser beneficioso el uso de chatarra para reducir las emisiones contaminantes? ¿Estamos ante una alternativa que puede resultar sostenible ante el aumento de los problemas derivados de la contaminación? Vamos a tratar de explicarte por qué esta opción puede ser muy interesante para nuestro entorno y nuestro planeta.
Según varios estudios relacionados con este tema, la forma que se ha demostrado como más eficaz para reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) asociados a la producción de metales es precisamente apostar por las materias primas secundarias durante el proceso de fundición. Es decir, la chatarra, siempre y cuando haya sido recogida y tratada por expertos en la gestión de residuos. De hecho, este aspecto está encuadrado como clave a la hora de potenciar y lograr una economía circular a largo plazo.
Todos estos estudios que señalan como básico el uso de chatarra para reducir las emisiones contaminantes se preocupan de destacar que todo esto permitiría un drástico descenso de estas emisiones, convirtiendo los procesos de producción en mucho más ecológicos.
Son varios los metales que se señalan como idóneos o aptos para esta opción: hierro, aluminio, cobre, zinc, plomo, níquel y manganeso. Para destacarlos, se han considerado aspectos tan importantes como su ciclo de vida o su demanda.
Eso sí, los autores del estudio (elaborado por especialistas en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología) señalan que es preciso un cambio en el paradigma actual del reciclaje a nivel mundial para superar los obstáculos actuales y permitir la obtención de resultados prácticos palpables.
El uso de chatarra para reducir las emisiones contaminantes y la apuesta por la economía circular
Desde Arcediano Recuperaciones, como expertos en la gestión integral de residuos no peligrosos, somos los primeros concienciados en la apuesta por el reciclaje, el cuidado de nuestro entorno y de la naturaleza. Creemos firmemente en la recuperación de la chatarra y diversos materiales para darles una segunda vida que permita alcanzar un uso más eficiente de los recursos naturales.
Se trata del primer paso para fomentar un modelo de producción y consumo que pueda definirse como sostenible. Esto es, menos materias primas, aprovechar los residuos y darles un nuevo uso. Es la manera menos agresiva, pero a la vez más eficaz, para proteger el medioambiente y reducir las emisiones contaminantes.