
23 May Reciclaje de latas: ¿qué metal es mejor y por qué importa?
El reciclaje de latas depende principalmente de su composición. Es fundamental distinguir entre aluminio y hierro, pues impacta directamente en la eficiencia de proceso, el valor del material y el medioambiente.
En Arcediano Recuperaciones, como gestor de residuos autorizado en Madrid, hemos redactado este artículo para analizar las diferencias entre estos dos materiales. Una lectura imprescindible tanto para productores como para recicladores y consumidores responsables.
¿De qué están hechas las latas?
Hablamos de latas tanto de alimentos como de bebidas, envases muy habituales en nuestra vida diaria. Normalmente están hechas de:
- Aluminio: es el más común en las latas de bebidas.
- Acero o hierro (hojalata): es habitual en conservas, sopas, productos envasados al vacío, etc.
Y sí, ambos materiales pueden reciclarse, pero su comportamiento en planta no es igual y tampoco tienen el mismo ciclo de valorización.
¿Es mejor el hierro o el aluminio?
Pues… depende. Pero si hablamos en términos de reciclaje, el aluminio:
- Reduce los costes operativos de su gestión como residuo porque requiere menos energía, menor desgaste de maquinaria y procesos más directos.
- Al necesitar menos energía y poder reciclarse innumerables veces, su impacto ecológico se reduce notablemente.
- Su retorno económico es mayor porque tiene también mayor demanda y menor precio.
- Las tasas de reciclado del aluminio son más altas que las del hierro, contribuyendo a cumplir los objetivos de sostenibilidad europeos.
Vamos a explicarlo de manera un poco más profunda:
1.- El aluminio consume menos energía durante el reciclado
- Este proceso solo requiere un 5% de energía para producirlo.
- En comparación, la refusión del acero es más intensiva en consumo térmico, especialmente si contiene estaño (como en la hojalata).
- Conclusión: el aluminio es un material mucho más eficiente desde el punto de vista energético.
2.- Permite reciclarlo muuuchas veces
- El aluminio no pierde calidad al reciclarse, pudiendo reutilizarse indefinidamente sin degradarse.
- Por su parte, el acero puede perder propiedades dependiendo del tratamiento térmico y la presencia de impurezas.
3.- Es más sencillo de clasificar
El aluminio no es magnético, el hierro sí. Esto significa que a la hora de separar el material mediante sistemas de imanes y corrientes de Foucault en las plantas de tratamiento, el proceso es más sencillo y eficiente.
4.- Su valor económico como residuo es más alto
Efectivamente, el aluminio reciclado tiene una cotización más alta en el mercado de materias primas secundarias, lo que incentiva su recuperación.
¿Y esto en qué afecta al consumidor?
Si quieres practicar el consumo responsable, lo mejor es optar por productos envasados en aluminio. No te olvides de depositar los residuos en el contenedor amarillo para facilitar el reciclaje de las latas en las plantas de tratamiento. Piensa que este pequeño gesto es el primer eslabón de la recuperación.
En Arcediano Recuperaciones trabajamos cada día para optimizar la recogida, clasificación y valorización de metales, garantizando su trazabilidad, cumplimiento normativo y máximo aprovechamiento de los residuos. Ponte en contacto con nosotros y descubre cómo gestionamos los residuos de manera comprometida con el medio ambiente.